¡Dios te ve como un buen amigo(a)!

A menudo, nos hacemos ideas equivocadas sobre nuestra relación con Dios. Creemos que Dios busca solamente personas que le sirvan y que le representen en la Tierra, pero nos olvidamos de que Dios desea también crear una verdadera relación con cada uno de sus hijos e hijas.

En nuestro deseo de agradar a Dios, podemos caer fácilmente en la trampa del activismo: nuestro celo por Dios es tan fuerte que nos comprometemos a diestra y siniestra, hasta no tener ya fuerzas ni tiempo para estar con nuestro mejor amigo, Jesús, y cultivar nuestra relación con Él.

¿Te ha pasado esto en alguna ocasión? ¿Alguna vez has puesto primero tu servicio a Dios, y has dejado a Dios mismo un poco de lado? Yo lo hice, muchas veces… Y, sin embargo, piensa en esto: antes que siervo(a), eres Su hijo(a).

La Biblia nos dice: “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él” (1 Juan 3:1).

Dios desea tener contigo una relación profunda de amor, como la que tiene un padre perfecto con sus hijos(as). Él está a tu lado cada día, y trabaja para que tu relación con Él se desarrolle cada vez más. ¡El te ama tanto! ¡Te tiene tanto cariño, tanto afecto, tanta ternura! Hoy, Él te recuerda que:

• Cuida de ti mejor que nadie.
• Es un amigo fiel, en quien puedes confiar y a quien puedes contarle todo.
• Te conoce mejor que nadie. 
• Te ama en todo tiempo.

Lo que Él más desea es tu corazón: que le ames más que a todo, más que a la vida.

Te invito a entrar en el gozo y la amistad de tu Padre celestial.

¡Sé bendecido, querido(a) amigo(a)!

Gracias por existir,
Éric Célérier