Da lo mejor de ti al Señor

Dios no nos necesita y no hay nada que nosotros pudiésemos hacer para satisfacer ni una sola de sus necesidades, si Él tuviese alguna vez una. Sin embargo, ¿qué padre no está orgulloso al ver que su hijo/a recibe los frutos de su esfuerzo?

¿Qué padre no se siente orgulloso al ver a su hijo o hija cantar o tocar brillantemente en ese concierto para el que tanto ha ensayado?

¡Asimismo, podemos saborear la satisfacción de hacer con excelencia lo que Dios nos confía, y ver la mirada orgullosa de nuestro Papá celestial!

Mira lo que dice este versículo de la Biblia: “Bien hecho, mi buen siervo fiel. Has sido fiel en administrar esta pequeña cantidad, así que ahora te daré muchas más responsabilidades. ¡Ven a celebrar conmigo!” (La Biblia, Mateo 25:21).

Cuando damos lo mejor de nosotros mismos y hacemos las cosas para Dios, entonces podemos oír que nos dice: “Estoy tan orgulloso de ti, amigo/a mío/a, hijo/a mío/a. Tratas de complacerme en todo lo que haces. ¡Me ofreces lo mejor de ti mismo! ¡Bien hecho!”

Gracias por ser como eres, querido/a amigo/a, y gracias por tu corazón hacia Dios. Te aprecio mucho y oro por ti.

Gracias por existir,
Eric Célérier