¡La victoria es tuya!

¿Has escuchado la expresión “Luchar por la victoria”?

Es algo que nos pasa a todos, tanto a ti como a mí. Todos tenemos diferentes luchas:

• Lucha contra la enfermedad.
• Lucha contra un comportamiento adictivo
• Lucha por salvar nuestro matrimonio o una relación…

Como hijos de Dios, nos exhortamos a pelear con coraje nuestras luchas, a batirnos por la victoria, sabiendo que contamos con las fuerzas y la victoria de Jesucristo.

Pero Jesús ya tiene la victoria. No solamente se hizo con la victoria sobre la muerte a través de su resurrección, sino que obtuvo también la victoria sobre nuestras enfermedades, nuestras adicciones, nuestros sufrimientos físicos y emocionales.

Me gustaría también animarte hoy, querido(a) amigo(a), a no pelear POR la victoria, sino a pelear DESDE la victoria: es decir, ¡a pelear apoyándote sobre tu victoria, la que Cristo ha conseguido ya definitivamente para ti!

Tienes que mirarlo desde otra perspectiva: en lugar de pelear para obtener la victoria y agotarnos inútilmente, Jesús nos invita a guardar la fe, descansando en la victoria que Él obtuvo hace más de 2.000 años.

Esta victoria se hace manifiesta también en forma de milagros en la vida de numerosas personas, como por ejemplo en la vida de Larissa:

“¡He recibido un milagro! Y quiero dar testimonio de ello. Usted escribió un texto que decía ‘mi fe es todo lo que tengo’. Con ese pensamiento en mente, hice una oración por mi cuñada Rama que tenía el síndrome de Lyell. ¡A día de hoy se encuentra bien y ha regresado a casa! ¡Quiero dar la gloria a Jesús! No había nada que se pudiese hacer por ella desde un punto de vista humano por salvarla, doy la gloria a Dios”.

Querido(a) amigo(a), ¡ya tienes la victoria, todo se ha cumplido!

En tus luchas de hoy, descansa en la victoria que Jesús ha obtenido por ti en la cruz.

¡Gracias por existir!

Eric Célérier