🌊 ¡Su agua fluye con fuerza!

¿Cómo estás? Deseo que esta serie esté ayudándote a experimentar la Presencia de Dios de una manera más real en tu vida, y a sentir que estás cada vez más lleno de Él.

Quiero invitarte a que sigamos analizando este pasaje, en el que Jesús dice: “el que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva” (Juan 7:38).”

Hoy quiero poner el énfasis en una sola palabra de este pasaje: “CORRERÁN”.

Ayer hablábamos sobre los ríos de agua viva que Dios quiere hacer brotar en tu interior. Si te paras a pensarlo, ¡es una imagen tan preciosa!

Lo que más me gusta es que no son solo unas gotas de agua, como en esas grutas en las que, poco a poco, aparecen filtraciones de agua en las paredes rocosas. ¡No! 

Aquí Jesús está hablando de una fuente que brota en abundancia, y que lo hace con fuerza. Mira lo que Jesús dice en otra ocasión: “mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna” (Juan 4:14).

¡Es tan precioso como lo describe! Es una fuente de agua tan viva, tan poderosa, que corre con fuerza, que salta con braveza. Como esos ríos en los que el agua baja con tanta fuerza que, si te acercas mucho a la orilla, ¡puedes acabar empapado!

Esa es la vida que Él ha preparado para ti: una vida llena de energía, de rapidez, de poder… Una vida tan llena de Su Espíritu, tan llena de Su Presencia, que rebose y sea también de bendición para los demás. 

No te conformes con menos: Hoy esas fuentes de agua viva están listas para brotar desde tu corazón con energía. 

Quiero dejarte con este ejercicio práctico: a lo largo del día de hoy, piensa en una fuente de agua viva, en un río poderoso, y mantén esa imagen en ti. En cada cosa que hagas, recuerda esa imagen, y pídele a Dios que puedas fluir con Sus ríos de agua viva en cada situación que te toque vivir hoy. 

¡Eres una luz en este mundo, una fuente de bendición!