🙌🏻 ¡Participa de Su Divinidad!

Llegamos ya al final de esta serie acerca de cómo recibir las promesas de Dios. ¡Deseo que hayas sido animado e inspirado a través de estos mensajes, y que te sientas más lleno de fe en Sus promesas que nunca antes!

Uno de los pasajes de la Biblia que más me impacta en relación a las promesas de Dios es el que dice que Dios “nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina” (2 Pedro 1:4).

¡Wow! Vamos a analizar este pasaje para profundizar más en él:

• Dios no ha dado promesas: Sí, no solo una o dos, sino muchas
  
• Esas promesas son preciosas y grandísimas: Me encanta cómo la Biblia usa el superlativo. No son solo grandes y preciosas, sino “grandísimas”, más de lo que podemos imaginar…
  
• Estas promesas tienen un propósito espiritual especial: Como veíamos el otro día, no es solo la bendición y el gozo de recibir nuestros “Isaac”, sino que Dios tiene un plan mucho más profundo
  
• Tienen el propósito de ayudarnos a experimentar más en nuestro día a día la gloria y la naturaleza divina de Dios: ¡Wow! A través de ellas, nuestra fe crece, y por medio de esa fe empezamos a experimentar más los milagros y las obras increíbles de Dios en nuestro día a día.

¡Es tan impresionante el poder tan grande que tienen las promesas de Dios en nuestra vida!

Querido/a amigo/a, ¡aférrate a cada una de las promesas que Dios te ha dado en Su Palabra! Están todas disponibles para ti, por lo que… ¡no las dejes escapar!

Cada una de ellas son una nueva oportunidad para experimentar la gloria de Dios en tu vida.