🪴 ¡No te comas las semillas!

Imagínate que tienes un manzano, y que por fin ha llegado ese tiempo del año en el que el árbol produce su deseado fruto. Te relames pensando en las deliciosas manzanas que vas a tener en las próximas semanas. ¡No quieres que se pierda ni una sola de ellas!

Ahora, imagínate que te gustaría conseguir más manzanas en el futuro. De hecho, te gustaría tener el doble, porque tus manzanas son tan buenas que a todo el mundo le encantan, y quieres empezar tu propio negocio de venta de manzanas entre tus familiares y amigos. ¿Qué deberías hacer?

La solución es sencilla: plantar la semilla de una de tus manzanas. Sí, es una pequeña inversión de tiempo, de esfuerzo, y deberías sacrificar una de tus preciosas manzanas, pero, con el tiempo, ¡obtendrías el doble de frutos!

La inversión es siempre un paso previo a la multiplicación, en cualquier área de tu vida: 

• Si quieres desarrollar un proyecto, tendrás que invertir tiempo, esfuerzo y dinero en formarte y en ponerlo en marcha. 
• Si quieres fortalecer tu matrimonio, tendrás que invertir tiempo de calidad con tu esposa o esposo, y estar dispuesto a ayudarle en todo lo que necesite
• Si quieres crecer en tu relación con Dios, tendrás que invertir tiempo en su Presencia, estudiando Su Palabra, y esforzarte en dar los pasos que te muestra que tienes que dar…

Todo lo que Dios nos da son como semillas que tienen el potencial de crecer y dar mucho fruto. Tu tiempo, tus fuerzas, tu dinero, tus posesiones… todo ello son semillas que, bien invertidas, pueden multiplicar el fruto en tu vida.

Me encanta de hecho la palabra que el apóstol Pablo da a la iglesia de Corinto cuando les dice: “Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia…” (2 Corintios 9:10). 

Querido/a amigo/a, ¡no te comas las semillas: plántalas para el Reino de Dios! Deja que produzcan un gran fruto en tu vida y en la vida de los demás. 

Te invito a que pases un tiempo a solas con Dios, en el que puedas analizar las diferentes semillas que Él ha puesto en tu mano (tiempo, energías, dinero, espacios, relaciones…). ¿Cómo podrías invertir todo eso para que produzca el mayor fruto posible para el Reino de Dios? Pídele al Señor que te dé nuevas ideas, y que te muestre qué pasos quiere que des. 

¡Creo que este año va a ser un año de multiplicación para tu vida!