¡La victoria es tuya!

Llegamos hoy al final de estas reflexiones sobre Semana Santa. ¡Hoy celebramos la victoria de Jesucristo sobre la muerte! ¡Él está vivo!

¿Has escuchado alguna vez a personas decir que quieren “luchar por la victoria”?

Sí, todos tenemos diferentes luchas:

• Luchamos contra la enfermedad.
• Luchamos contra un comportamiento adictivo
• Luchamos por salvar nuestro matrimonio…

Como hijos de Dios, la Palabra nos anima a pelear con valentía nuestras batallas, a batirnos por la victoria, sabiendo que no estamos solos: ¡contamos con la fuerza y la victoria de Jesucristo!

¡Sí, querido(a) amigo(a), Jesús ya tiene la victoria! Él venció a la muerte a través de Su resurrección, y no solo venció a la muerte sino que obtuvo también la victoria sobre nuestras enfermedades y nuestras adicciones, así como sobre nuestros sufrimientos físicos y emocionales.

Te animo a que en este día te propongas mirar tus batallas desde otro punto de vista: en lugar de pelear PARA OBTENER la victoria, ¿qué tal si empiezas a pelear DESDE la victoria? ¡Sí, Jesús ha vencido, y ha conseguido la victoria definitiva para ti también!

En lugar de pelear para obtener la victoria y agotarte inútilmente en tratar de conseguirlo en tus fuerzas, Jesús te invita hoy a pelear la buena batalla de la fe (mira 1 Timoteo 6:12), descansando en la victoria que Él obtuvo hace más de 2.000 años.

Esta victoria se hace manifiesta también en forma de milagros en nuestra vida. Quiero compartir contigo este testimonio que Larissa nos envió:

“¡He recibido un milagro! Y quiero dar testimonio de ello. Usted escribió un texto que decía ‘mi fe es todo lo que tengo’. Con ese pensamiento en mente, hice una oración por mi cuñada Rama que tenía el síndrome de Lyell. ¡A día de hoy se encuentra bien, ya ha regresado a casa! No había nada que se pudiese hacer por ella desde un punto de vista humano por salvarla. ¡Quiero dar la gloria a Jesús!”.

Sí, querido(a) amigo(a), ¡ya tienes la victoria, todo se ha cumplido!

En tus luchas de hoy, descansa en la victoria que Jesús obtuvo por ti en la cruz

¡Gracias por existir!
Eric Célérier