¿El camino es pedregoso?

Muchas veces, la vida cristiana se compara con un camino por el que avanzamos hasta alcanzar la meta final: el cielo. Este camino es en ocasiones el más dulce y agradable de los senderos, pero, en otros momentos, parece que el cielo se oscurece, el bosque se hace más espeso, y el camino se vuelve peligroso.

Aquí tienes la promesa que Dios te da este día en Su Palabra: “Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría…” (Judas 1:24).

Sí, Jesús es el que te puede preservar de toda caída cuando el camino se vuelve pedregoso y peligroso. ¿Sientes que tu camino se ha vuelto así? ¿Tienes la impresión de que hay cosas que te empujan, adversidades que quieren hacerte tropezar, y cargas que te quieren mantenerte pegado al suelo?

Ten por seguro que Jesús, tu Salvador, camina a tu lado y que te preserva de toda caída. Él es el sol de justicia, la luz que te fortalece. Él te acompaña, y, con Su ayuda, pronto verás de nuevo brillar el sol, y tu camino se volverá más claro y agradable. ¡Ánimo, querido(a) amigo(a), sigue adelante!

¿Quieres agradecer a Jesús conmigo por Su apoyo?: “Señor, ¿cómo puedo agradecerte por todo lo que haces por mí? Mis palabras son débiles, pero mi corazón está totalmente abierto y agradecido a Ti. Gracias porque eres el que me guarda de caídas cada día. Gracias porque tu Espíritu me guía, me enseña y me ayuda a actuar correctamente cada día. ¡Que Tu nombre sea levantado, mi Jesús, mi Salvador!”.

Gracias por existir,
Éric Célérier