Amigo/a, 😎 ¡No te dejes engañar!
He vivido muchos años pensando que no podría lograr nada en mi vida.
Cuando me mudé a los Estados Unidos, tuve que aprender inglés. Esto me parecía algo imposible: Jamás pensé que yo podría hablar ese idioma, ¡Era algo gigante para mí!
Me decía a mi misma: ¡No lo vas a poder lograr! Pero quiero decirte que en seis meses ya podía comunicarme, y en un año había obtenido mi primer trabajo.
Amigo/a, ¡Satanás constantemente busca engañarnos! Él es el padre de las mentiras. Nos quiere lleno de temores y miedos, para así impedir que avancemos hacia nuestro verdadero potencial.
Quiero recordarte lo que venimos hablando: ¡El hijo nos hizo libres de nuestros temores! Es crucial que creamos esta verdad, porque de otra forma seguiremos luchando con los mismos enemigos: no lo voy a lograr, es imposible, etc. ¡Esta forma de hablarnos produce nada más que frustración!
Entender que ahora nosotros tenemos una nueva naturaleza, es primordial para poder caminar como Jesús y ser victoriosos.
Él ha puesto capacidades en cada uno de nosotros y quiere que las usemos para su gloria. Esto implica una verdadera entrega, dejar atrás las mentiras del enemigo y creer que tenemos un Dios todopoderoso, que nos ayuda con los retos de la vida.
Recordemos lo que la Biblia dice en 1 de Timoteo 1:7 (RVR1960) “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.”
Amigo/a, ¿Cuáles son las mentiras que has creído acerca de ti mismo/a? Jesús quiere hacerte libre para que puedas vivir una vida plena.
Te desafío a que hoy tomes unos minutos y pienses cuáles son las metas que quieres alcanzar esta semana. No tiene que ser nada complicado: pueden ser metas simples, tales como “levantarte más temprano para pasar tiempo con Dios o hacer ejercicio”, puede ser de mucha ayuda poner tu despertador 10 minutos antes de tu horario habitual y de esa forma cumplir esas pequeñas metas.
¡Contamos con su ayuda en todo momento!
Oremos juntos: “¡Amado Jesús, ya no soy esclavo de las mentiras de satanás! Me rindo completamente a ti. Toma mi mano: quiero conocerte y conocerme, amar a los demás como tú me amas y cumplir tus propósitos. Ayúdame a ser cada día más como tú. Gracias porque sé que tus propósitos se cumplirán en mi vida. En tu nombre Jesús. Amén.”