¿Deseas agradar a Dios?

¡Internet es un medio de comunicación formidable! Permite evangelizar a personas que se encuentran en el otro extremo de la tierra, y acompañar a los cristianos en su caminar espiritual estén donde estén. ¡Por desgracia, Internet es también un medio “formidable” para pecar!

Cada día, se suben millones de vídeos e imágenes a la red, y muchos de ellos no son precisamente para la gloria de Dios. Me refiero por supuesto a los vídeos de contenido pornográfico, pero también a las calumnias y chismorreos, y a otras cosas que no nutren al alma, sino más bien todo lo contrario.

David dijo: “No pondré delante de mis ojos cosa injusta” (Salmo 101:3). Era su deseo complacer a Dios con todo su corazón. Sin embargo, este mismo David un día detuvo su mirada en la mujer de otro, y pecó contra Dios. Una vez asumida su culpa, se arrepintió a través de esta oración: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí” (Salmo 51:10).

Y tú, querido(a) amigo(a), ¿es esta también tu decisión? ¿No poner nada malo ante tus ojos? Quizá en ocasiones sientas que te falta determinación, pero me gustaría animarte: El deseo de Dios es que seas santo(a). Dice en Levítico 20:26, “Habéis, pues, de serme santos, porque yo Jehová soy santo, y os he apartado de los pueblos para que seáis míos”.

¿Quieres pedirle a Dios que te dé un espíritu bien dispuesto, para así guardar con determinación tu mirada pura?

Oremos juntos: “Mi Dios, ves mi deseo de complacerte. Ves también cuántas veces me es difícil cumplir mis resoluciones. Te pido más de ti, más de tu Espíritu ahora mismo. Transfórmame, cámbiame, guía mis pensamientos y purifícame. Que toda mi vida te glorifique, tanto mis pensamientos, como mis actos y mis palabras. Te lo pido en el nombre de Jesús. ¡Amén!”

Gracias por existir, 
Eric Célérier