? ¡Castigado/a!

Cuando eras niño/a, ¿te castigaron muchas veces en el colegio? Yo siempre solía ser el niño bueno de clase, pero recuerdo un par de ocasiones en las que me tuve que quedar a la salida, haciendo tarea extra =)

En relación a lo que vimos ayer sobre el temor de Dios, hay otro tema que se menciona también a continuación en el pasaje, y que es tremendamente útil y liberador cuando se entiende correctamente.

Mira lo que sigue diciendo el Salmo 19: “Los juicios de Jehová son verdad, todos justos. Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; y dulces más que miel, y que la que destila del panal. Tu siervo es además amonestado con ellos; en guardarlos hay grande galardón” (Salmo 19:8-11).

El concepto de juicio de Dios en este pasaje lleva implícita la idea de mandamiento, de directiva e incluso de corrección. ¡Esas directivas y correcciones de Dios son tan importantes para nuestra vida! Fíjate cuánto las anhela el rey David:

• Dice que son verdaderas y justas
• Dice que son más deseables que el oro
• Dice que son dulces, más que la miel
• Es gracias a ellas que puede corregir su camino
• Dice que tienen una gran recompensa asociada cuando las ponemos en práctica

Esa disciplina que proviene de Dios es parte de Su gracia para nosotros, para que no nos desviemos de Su camino ni de Su verdad. 

La Biblia, de hecho, nos anima a no esperar ni siquiera esas correcciones, sino a ser nosotros los que nos analicemos a nosotros mismos. Es por eso que el apóstol Pablo dice: “Si nos examináramos a nosotros mismos, no se nos juzgaría; pero si nos juzga el Señor, nos disciplina para que no seamos condenados con el mundo” (1 Corintios 11:31-32, NVI).

Sí, querido/a amigo/a, la disciplina de Dios produce vida. Dios ama profundamente nuestra diligencia y sensibilidad a la hora de discernir cosas que no le agraden en nuestra vida, para así quitarlas de nosotros. Te animo a que inviertas unos minutos ahora en oración, pensando en aquellas áreas en las que necesitas corregir cosas, mientras le pides al Señor que te muestre qué pasos tienes que dar. 

Dios está a tu lado hoy y siempre,